Desde el departamento de salud, seguimos avanzando en nuestra capacitación con el propósito de estar equipados para llevar a cabo toda buena obra. En este contexto, he observado cómo nuestra labor médico-misionera se ha convertido en una puerta de entrada para el trabajo evangelístico, generando un impacto significativo en la provincia de Holguín.
Ha tenido un impacto significativo en el tratamiento de niños autistas. Nuestro programa incluye terapia ecuestre al aire libre, hidroterapia en piscina y terapia con carbón activado, obteniendo resultados impresionantes: los niños están mejorando sus habilidades motoras e interacciones sociales. Además, hemos realizado talleres de alimentación para padres, donde les enseñamos a mejorar la dieta de sus hijos. Es realmente extraordinario ver cómo algunos niños, que antes dependían de medicamentos, ahora consumen regularmente frutas y verduras y han alcanzado estabilidad sin necesidad de fármacos.
El impacto de nuestro proyecto no se limita a los niños. He observado cómo los padres también están encontrando un camino hacia la sanidad espiritual. Muchos de ellos, después de experimentar los cambios en la salud de sus hijos, han aceptado la Palabra de Dios y se han involucrado en la oración y la fe. Este enfoque integral no solo busca la mejora física, sino que también ayuda a las familias a encontrar paz y fortaleza espiritual.
